Este
es un hallazgo muy común en perros y gatos de edad avanzada. Es necesario controlarlos, pero no hay que asustarse cuando el veterinario le diagnostique un
soplo a tu mascota.
El
corazón normal tiene
cuatro cámaras, dos aurículas y dos ventrículos, que están comunicadas por medio de válvulas (mitral en el lado izquierdo y tricúspide en el lado derecho). A su vez, cada arteria que sale (aorta y pulmonar) y cada vena que entra (cava y pulmonar) al
corazón tienen su propia válvula que regula el flujo de sangre y evita que retroceda en el circuito cardiovascular.
Cuando se ausculta un corazón sano, se escuchan los latidos solamente. El flujo laminar y ordenado cuando todo funciona correctamente no se oye.
Cuando el flujo de la sangre se vuelve turbulento se genera una vibración audible, y esto es lo que llamamos
soplo.
Esto ocurre cuando hay alguna obstrucción al flujo normal, cuando aumenta mucho la velocidad (como en la fiebre o la taquicardia), cuando cambia la densidad de la sangre (como en la anemia).
Hay
distintos tipos de soplos. Una clasificación posible es la siguiente:
- soplos inocentes: son los que se producen en pacientes sanos, sin consecuencias para el animal. Pueden ser permanentes o temporarios; generalmente son suaves. Ejemplos de estos
son los que se escuchan a veces en cachorros o gatitos y en perros de tórax profundo y delgado.
- soplos funcionales: estos soplos se producen por una alteración en el flujo de sangre, pero no están acompañados de una patología cardíaca. Pueden ser un poco más fuertes que los anteriores.
Se encuentran en los casos de animales anémicos, en cualquier trastorno que provoque taquicardia, se pueden escuchar en pacientes con fiebre, en gatos con hipertiroidismo, etc.
- soplos patológicos: estos sí implican una patología cardíaca, que puede ser congénita o adquirida. Se producen cuando alguna de las válvulas no se abre o cierra completamente, cuando hay una obstrucción a la salida de sangre del corazón en las grandes arterias, en los casos de defectos en los tabiques interauricular o interventricular, etc.
En los perros y gatos de edad avanzada
la patología cardíaca más frecuente es la insuficiencia de la válvula mitral (aurículo-ventricular izquierda). Esta válvula se desgasta con los años y no cierra bien, entonces parte de la sangre regresa a la aurícula izquierda en lugar de salir hacia la aorta cuando el ventrículo se contrae. Esto aumenta la presión en la aurícula y el circuito anterior, es decir en los pulmones, donde se acumula líquido. El resultado es
tos y dificultad para respirar.
En general
el soplo es auscultable mucho antes de que se desarrolle una enfermedad clínica por insuficiencia cardíaca.
Además la intensidad del sonido no tiene correlación con la gravedad del cuadro clínico. Si detectan esta patología en tu perro o gato, no te desesperes;
puede vivir muchos años sin manifestar problemas cardiológicos. Lo que sí debes hacer es
seguir las indicaciones del veterinario clínico o del cardiólogo, ya sea que te indiquen
medicamentos, controles periódicos o un cambio en la alimentación. Seguramente te recomendarán
un pienso reducido en sodio.
Estas medidas se orientan a retardar el avance de la patología y muchas veces contribuyen a prolongar y mejorar la calidad de vida de las mascotas.
Dra. Isabel Iglesias
Texto extraido de Tiendaanimal.es