Incorporar un nuevo perro en casa Cuando en casa ya viven varios perros la convivencia entre ellos suele ser muy buena. Las jerarquías bien respetadas aseguran que el grupo completo lo pase muy bien sin conflictos. El problema es cuando ya tenemos dos o tres perros y queremos traer uno más. Ni hablar que para tener tantos animales
tenemos que tener un espacio enorme y las condiciones económicas de mantenerlos, dato muy importante. Si todo eso se da, pues a presentar el nuevo perro.
No debemos hacer las presentaciones en casa, de ser posible, para que no comencemos con problemas de territorio con un desconocido. Lo ideal es llevar los perros al parque y luego de un rato, cuando ya están más tranquilos, otra persona nos traiga el nuevo perro. Se van a estudiar unos a otros, pero sobretodo si nuestro animales están castrados, casi seguro no habrá problemas.
Al llegar a casa entran primero los “viejos” y al final el nuevo. Hay que dejarlos que interactúen, seguro que gruñidos van a haber, pero es la forma que tienen de indicarle al nuevo como son las reglas. Al darle de comer, respetemos las jerarquías y le servios último al nuevo. Premiemos todas las
actitudes positivas entre ellos y solo vamos a reprimir cuando veamos que los gruñidos suben mucho de tono.
Si son perros acostumbrados a la manada, no hay problemas con un perro nuevo, siempre que este no sea agresivo. Lo importante es
elegir muy bien que perro adoptar para que entre en un grupo y no que sea ideal para ser perro único en la casa.
Tanto los perros como las personas, somos animales gregarios. Nos gusta estar en grupo y estamos diseñados biológicamente para hacerlo.
Se puede convivir con varios perros sin ningún problema, siempre que respetemos algunas normas. Por supuesto que
lo fundamental es tener espacio y alimentación suficiente. Cada perro tiene que tener un pequeño territorio propio para alimentación y descanso.
Para evitarnos problemas, algo clave es la castración. Tanto machos como hembras conviven mucho mejor entre sí cuando están castrados.
Si tenemos hembras que queremos que se reproduzcan, y además hay machos en casa, sabemos que los cuidados durante la época del celo tienen que ser extremos. En ambos casos, tanto machos como hembras, pueden resultar increíblemente ingeniosos a la hora de encontrar su
compañero.
Otro aspecto fundamental es tener muy claras las jerarquías. Sin duda alguna,
todos los perros de la casa tiene que saber que quien manda en su manada, es el dueño humano.
Pero entre ellos, siempre hay un perro dominante. Eso es normal, y hasta deseable que ocurra, ya que mantiene un equilibrio sano en sus relaciones.
Un punto importante es que
ellos mismos establecen cual es el perro dominante, y no nosotros. Muchas veces un miembro nuevo del grupo se transforma en alfa, cosa que no debemos impedir de modo alguno.
Si hubiera una pelea, obviamente hay que separarlos. Pero hay que tener claro que es importante dejarlos separados pero dentro de la misma habitación, hasta que se calmen.
No hay que castigar a ninguno de los dos. Tienen que establecer un equilibrio en la relación, que a menos que se torne muy violenta, no debemos intervenir.
Cuando el nuevo integrante es un perro adulto:
Las ventajas de adoptar un perro adulto son muchas. Es necesario investigar
y haber observado el carácter del perro primero. Por ejemplo, si es buenos con los
niños, si es un animal dócil, o si es probable que se adapte bien a la convivencia con otro perro que tengamos en casa.
Además nos evitamos los trastornos de la infancia canina, con todo lo que eso implica.
Si aún así decidimos adoptar
un cachorro, es importante que permanezca con la madre no menos de 60 días, pero con un tiempo ideal de 70 a 90 días.