Cómo detectar el dolor en tu perro
De manera clásica el dolor ha sido definido por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor como una experiencia sensorial y emocional no placentera causada por una lesión real o potencial producida en los tejidos.
La definición más novedosa y actualizada diferencia dos componentes fundamentales de la experiencia dolorosa:
1. Componente nociceptivo o sensorial, por lesión de tejidos y estimulación de receptores sensitivos, y transmitido por las vías nerviosa. Es el que trataremos con las medidas terapéuticas habituales.
2. Un segundo componente afectivo o reactivo que hace referencia a como experimenta esa sensación dolorosa el animal que recibe ese daño.
Desde un punto de vista temporal el dolor se puede clasificar en:
1. AGUDO: Aquel que se relaciona temporalmente con una lesión y desaparece durante el periodo normal de curación.
2. CRÓNICO: Aquél que persiste más de seis meses o perdura más allá del proceso de curación normal.
Comportamientos que indican la existencia de dolor en nuestro perro
Existen multitud de situaciones, comportamientos, posturas y reacciones en nuestros perros que están asociadas al dolor y que nosotros como propietarios debemos de detectar para que nuestro veterinario las pueda diagnosticar y tratar adecuadamente.
TEMPERAMENTO:
muchas veces observamos estos cambios de temperamento tras someter a nuestro perro a alguna intervención quirúrgica.
- Se vuelven agresivos o tímidos.
- Reaccionan de forma exagerada ante la manipulación de la zona dolorosa.
- Tienden a esconderse y a relacionarse menos con la gente y otros animales.
SEÑALES AUDITIVAS:
- Como respuesta a la manipulación de la zona dolorosa nuestros perros pueden ladrar, gemir o aullar.
POSTURA:
Los animales adoptan posturas que denominamos antiálgicas.
- Cola entre las extremidades posteriores, dorso arqueado, cuerpo protegiendo la zona afectada, cabeza baja.
EXPRESIÓN FACIAL:
- Mirada vidriosa (pupilas dilatadas) y fija, orejas bajas.
PALIDEZ DE MUCOSAS:
- A consecuencia de la vasoconstricción, por aumento del tono simpático.
HABITOS HIGIÉNICOS:
- Por la negativa a moverse, se puede manchar de heces y orina.
ACTIVIDAD:
- Intranquilidad y ausencia de descanso o inactividad.
- Alteración del patrón de sueño.
- Temblores, inquietud.
- Tienden a ser menos activos y engordan.
ALIMENTACIÓN:
- Disminución del consumo de agua y comida.
Causas más frecuentes de dolor en nuestras mascotas
Existen gran variedad de enfermedades en nuestras mascotas que pueden provocarles dolor y que puede pasar desapercibido para los propietarios.
Todos somos conscientes que cuando nuestra mascota tiene una herida tiene dolor, o que cuando la hemos sometido a una cirugía tiene dolor.
Existen otras causas de dolor más o menos crónico que muchas veces no detectamos como:
- Dolor ocular, el animal tiende a parpadear y a llorar más de lo habitual, normalmente asociado a úlceras corneales, glaucoma o uveitis.
- Dolor de oídos, muchos animales lo manifiestan sacudiendo de forma frecuente su cabeza y llevándola en ocasiones ladeada.
- Dolor de boca, asociado a una mala higiene bucal (sarro, infección), que se suele poner de manifiesto por menor ingesta de comida, mayor salivación y mal olor de boca.
- Dolor articular, secundario a artrosis, estos animales suelen cojear más en frío y como consecuencia de ejercitarse menos tienden a engordar.
- Dolor en la columna, muchas veces asociado a hernias discales crónicas, estos animales suelen llevar la columna arqueada, suelen cojear e incluso en algunos momentos pueden apoyar mal sus extremidades (pisan con el dorso de la pata).
Cómo podemos tratar el dolor en nuestras mascotas
En la actualidad disponemos de una amplia gama de analgésicos para nuestras mascotas, que deberemos usar siempre bajo la supervisión de nuestro veterinario, ya que no están exentos de provocar efectos secundarios si los empleamos de forma inadecuada.
Entre los analgésicos que más se emplean en animales de compañía se encuentran los antiinflamatorios no esteroideos, similares a los que utilizamos los humanos para tratar nuestro dolor de cabeza o de espalda.
Sin embargo nunca deberíamos administrar un antiinflamatorio no esteroideo destinado al uso en humanos a nuestras mascotas, ya que pueden provocar daños muy importantes a nivel digestivo y renal.
Para evitar esto, se han sintetizado y fabricado de forma específica para nuestras mascotas otros antiinflamatorios no esteroideos con el fin de reducir al máximo sus efectos indeseables, y nuestros veterinarios nos los pueden prescribir en las situaciones que sean necesarios.