Educación: Reforzamiento positivo y negativo Educar es lo que hacemos desde el mismo momento en que el perro llega a casa. El animal estará pendiente de las reglas de la manada, cosa que aprenderá de acuerdo al
comportamiento de los miembros de la misma.
Nuestra familia es su manada y el buscará su lugar y acatará las reglas. Podemos ser concientes de ellas o no, pero se las mostramos todo el tiempo.
Cuando se rechaza la educación es más bien porque se relaciona con que el perro aprenda trucos. Es como que lo que no se quiere es enseñarle al perro a ser una especie de perro de circo.
El punto es que cuando se trae un perro a casa hay que tener una idea de su comportamiento como especie para poder trasmitirle nuestras reglas, para educarlo bien.
Las
reglas de obediencia no son para someter el perro estúpidamente, son para enseñarlo a obedecer e incluso hacen a su propia seguridad. Luego, si al perro el gusta y se divierte, hasta le podemos enseñar algún truco, como simple ejercicio de aprendizaje.
Un perro educado es un perro feliz.Cuando estamos educando a nuestro perro buscamos estimular algunas conductas y desestimular o incluso inhibir otras. Para ello vamos a reforzar positivamente las conductas deseables y negativamente las no deseables, lo que se traduce en reforzamiento positivo y negativo. Hay muchas formas de hacerlo,
cada perro es diferente, pero hay cosas que funcionan más que otras y cosas que no debemos hacer nunca. El reforzamiento positivo es simple. Cuando el perro hace algo que le estamos enseñando, como por ejemplo quedarse sentado mientras le ponemos el collar para ir a pasear, vamos a premiar esa conducta, sobretodo cuando lo está aprendiendo.
La forma más simples es con chuches. Lo felicitamos y le damos un chuche en el momento exacto que lo ha hecho. Para algunos esto no es necesario y tal vez ni siquiera es buena idea conceptualmente. En gran cantidad de casos alcanza como reforzamiento positivo acariciarlo con entusiasmo mientras le repetimos MUY BIEN, MUY BIEN.
Los perros buscan nuestra aprobación y esto les encanta. El reforzamiento negativo es más problemático. Cuando hace algo que no queremos le gritamos un fuerte NO. Si estamos paseando tiramos un poco de la correa, decimos NO, cambiamos de dirección y no lo miramos. Si está haciendo algo que no es grave pero queremos desestimular, pues lo ignoramos totalmente. Nos alejamos, no le hablamos ni hacemos contacto visual. Esto aplica para el caso de que nos salta cuando llegamos si exagera en la brutalidad del juego, no para otras cosas.
Lo que nunca, jamás se debe hacer es pegarle.