Cuando un perro finaliza su período de crecimiento lo más normal es que tenga un peso muy cercano al que debería mantener el resto de su vida y que se suele denominar
peso ideal.
Sin embargo, con frecuencia esto no es así y las razones son de lo más diverso.Una de ellas es que
el propietario no mide la ración diaria, sino que llena el recipiente según su criterio, y además aporta otro tipo de alimentación adicional, incluso las sobras de la comida familiar, sin considerar la ración máxima recomendada por el fabricante.
Otro de los aspectos que influyen sobre el aumento de peso es
la castración, medida que recomendamos desde Royal Canin si bien requiere el aporte de una alimentación especialmente formulada, ya que produce un cambio en el metabolismo que requiere una adaptación de la dieta.
Aunque pueda parecer sorprendente, otro de los aspectos que más influye en el aumento del peso es que el propietario, a la hora de elegir el mejor alimento para su perro, lo considera como
un miembro más de la familia y le trata como tal. Así, la elección de su alimento y la cantidad de ración diaria se hacen con criterios más humanos que teniendo en cuenta las verdaderas necesidades del animal.
Por supuesto, el proceso de
aumento de peso suele ser lento y progresivo, por lo que puede pasar inadvertido, hasta el punto de que ya sea complicado tomar medidas para devolverle la silueta que debería tener.
Realmente, el primer paso a seguir sería
llevar al perro al veterinario para que determinara qué sobrepeso tiene y que valorara las medidas que se deberían adoptar. No obstante, si el sobrepeso es muy pequeño, se puede empezar por reducir la ración diaria y aumentar el ejercicio, pero insistimos en que en casos extremos debe ser el veterinario quien supervise el proceso de pérdida de peso.
En cualquier caso, para
determinar la mejor ración para tu perro debes tener en cuenta que influyen la genética, la edad, si está castrado y el estilo de vida. A este respecto,
la genética influye en el temperamento, directamente vinculado con su grado de actividad natural (los perros de caza necesitan gran aporte de energía), el tipo de pelo y la cantidad de musculatura. También
la edad influye porque un cachorro en pleno crecimiento necesita más alimento que un perro de edad avanzada. A su vez,
la castración se debe tener en cuenta porque altera el metabolismo basal.
Finalmente, influye el
estilo de vida, ya que un perro que practica mucho ejercicio va a necesitar más alimento que otro que está prácticamente todo el día en casa sin salir.
Por último, debemos recordar que la ración diaria recomendada por el fabricante debe darse en, al menos
dos tomas, ya que esto no sólo facilita las digestiones sino que reduce la posibilidad de “picoteos” a lo largo del día.