Aprendamos un poco sobre:
EL ESQUELETO DE LOS PERROSEsqueleto canino, arquitectura flexible!!!!!!!!!
El esqueleto de un perro es un diseño natural adaptado con increíble precisión para encajar y proteger los órganos vitales y los tejidos de su organismo. La anatomía de los perros es curiosamente muy similar en todos los perros, a pesar de la gran diversidad de tamaños que podemos encontrar entre las distintas razas. Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que lo que cambia de unos perros a otros, de unas razas a otras, es sólo la escala.
Vamos a comentar en estas líneas algunas de las características más notables del esqueleto de los perros, relacionando, en algunos casos, su arquitectura ósea con las funciones que desempeña en el trabajo motor del animal. Esqueleto y conformación de esa estructura que diferencia y singulariza a los perros con respecto a otros mamíferos.
Así, de entrada, un perro tiene 318 huesos, sin incluir los que forman su cola. Los hay largos y muy largos, y en algunas variedades de perros, con un esqueleto mayor, nos encontramos huesos de algo más de un metro de longitud, como es el caso del que forma el hombro del gran danés.
Por contra, en variedades de perros de poca alzada, los huesos de su esqueleto son realmente pequeños. Por ejemplo, el mismo hueso del esqueleto que forma el hombro de un terrier yorkshire enano apenas si supera los siete centímetros y medio.
Otra curiosidad, para favorecer la velocidad y la flexibilidad en el movimiento, esos mismos huesos del hombro de los perros, en los que se apoyan las patas delanteras, no están bien sujetos al armazón de su esqueleto, se trata, por tanto, de huesos sueltos. Una peculiaridad de las razas caninas.
Durante el crecimiento del esqueleto de los cachorros, los huesos se extienden a lo largo de las llamadas placas de crecimiento, zonas blandas de hueso aún inmaduro. Al año de su nacimiento, el perro ya experimenta un proceso de consolidación en los huesos de su esqueleto. Así, por esa época, los largos de sus patas inician un proceso de mineralización que los lleva a su endurecimiento final.
En los perros jóvenes, las zonas donde las placas de crecimiento son aún débiles, existe mucho riesgo de lesiones. Una de las zonas más sensibles del esqueleto de los cachorros es la rodilla y otra en la que suelen también sufrir accidentes con rotura de huesos es en el punto de contacto entre los huecesillos pequeños de la pata y la tibia, en lo que para los humanos es la muñeca.
Sin embargo, los huesos por sí solos no bastan para generar esa movilidad y esa agilidad que reconocemos en los perros, sin los músculos, sin unos músculos convenientemente ligados al esqueleto, los perros tendrían otras habilidades menos físicas. Esos músculos de los perros se han especializado para dar la agilidad adecuada a un animal que en libertad corría tras sus presas antes de ser domesticado por el hombre.
Por un lado, los perros disponen de músculos lisos y, por otro, de músculos estriados. Los estriados son los que se insertan en los huesos y son los responsables de esa agilidad de la que hablamos, la de sus movimientos voluntarios.