EDUCACION ALIMENTARIA DEL PERRO Una de las
conductas que resulta más incómoda para los dueños de los perros es la insistencia de los animales a la hora de pedir comida y mucho más si se produce cuando sus propietarios están precisamente sentados a la mesa, en casa, y en plena comida familiar.
El perro efectivamente puede tener hambre, pero también puede ocurrir que su comportamiento sea un gesto aprendido para obtener una recompensa fácil. El hábito de un perro que presiona a su dueño para pedir comida, su golosina, está dentro de las reglas de juego de la convivencia con nuestra mascota, pero
un perro que agobia con su insistencia o llega a robar alimento en cualquier descuido, tal vez sea un toque de atención que debamos tener en cuenta. Veamos qué puede haber detrás de la demanda continua de alimento de un perro.
Un perro que ingiere dos buenos platos de comida al día es un animal que, en principio, debería estar saciado, sin embargo, tal vez sea cierto y tenga ganas de comer. Haga una prueba, adelante la comida una o dos horas antes de su tiempo habitual o, si lo prefiere, haga varios platos de su
dieta para perros habitual, tres o cuatro al día, pero con cantidades de comida sensiblemente menores y póngaselos en periodos de tiempo más cortos. Un perro se sentirá más lleno si recibe varios platos pequeños en vez de uno grande con comida abundante.
Pero también cabe la posibilidad de que el perro no tenga hambre y que su comportamiento insistente sea una forma de pedir muestras de afecto, como caricias, atenciones o simplemente juego. Su instinto les lleva en ocasiones a relacionar la alimentación con el compañerismo. Lo verdaderamente importante en estos casos es disociar la comida de las muestras de consideración.
RECOMENDACIONESPara empezar, evite, mientras usted come, dar alimento al perro en la mesa. No es apropiado para conseguir esa disociación que el animal se instale en la lógica de que si molesta al dueño que come recibirá como premio uno o dos bocados del asado familiar. Elija un rincón del comedor donde pueda tener al animal siempre a la vista, sujételo y condúzcalo a su sitio y entréguele una golosina para comer como recompensa. Si hace esta sencilla acción con constancia, se dará cuenta de que el animal acabará aprendiendo que la manera más eficaz de obtener comida es irse a su sitio.
Un paso más, cuando el animal ya vaya sólo a su sitio, enséñele a echarse y quedarse tumbado en el mismo rincón. Colóquele un trozo de su comida a la altura de la vista, luego bájelo poco a poco, alejándoselo al mismo tiempo. El perro acabará tumbándose y es en ese momento, y sólo en ese momento, cuando le podremos dar la recompensa, su comida golosina.
El trabajo de
condicionamiento le obligará a levantarse con cierta frecuencia para dar una recompensa a su perro para que permanezca inmóvil en su rincón, pero con el tiempo el mismo perro estará contento de quedarse en su sitio y habrá menos probabilidades de que vuelva a acercarse a la mesa. La constancia en el plan de disociación de su conducta es muy importante y su familia y su digestión se lo agradecerán.
Un último concepto en relación con la conducta alimentaria de estas mascotas. Los propietarios de los perros notan que a muchos canes les encanta su comida preferida con locura y que, si fuera por ellos, la comerían todos los días. Sin embargo, otros cuidadores perciben que sus animales se van cansando de sus piensos, y como respuesta comen menos o simplemente no se alimentan. Algo a lo que puede no resultar ajeno, el olor a alimentos cocinados de una casa. Una tentación que llega por el olfato y que al perro le produce un fuerte contraste.
El sentido común nos dice que, en cualquier caso, una variación en la alimentación del perro resulta saludable porque evita cualquier tipo de trastorno dietético. Cambie la comida, su pienso, los sabores de forma lenta pero constante, introduciendo cantidades de nuevo alimento cada vez mayores. Incorpore agua a la comida deshidratada o combine alimento deshidratado con comida no seca para que resulte más apetecible. Productos de alimentación para perros que puede comprar en cualquier tienda especializada. Incluso atrévase a calentarla para estimular su sistema gustativo y los aromas, porque, en cuanto a sensaciones, en un perro el olor siempre estará por encima del sabor.