Hola chicas!!!!!
Aprendamos algo sobre el mal caracter de los perros...como consecuencia de crianza y no solo por herencia...
Porque los perros pueden tener mal carácter.
Cuando se le ofrece la posibilidad de visitar un criadero siempre hay que aprovechar la ocasión, ya que se puede aprender mucho observando la tenencia, el cuidado y la alimentación de los animales.
Tiene que tener en cuenta que no siempre el chenil más caro es el mejor, sino que lo importante es la eficacia y sobre todo la intensidad con que se ocupan de cada uno de los perros en el criadero. No se pueden dar normas para el tamaño de un criadero pues los detalles varían en cada lugar. Hay a pesar de todo unos requisitos mínimos que deben cuidarse: el chenil debe permanecer seco y no estar expuesto a corrientes de aire, de fácil limpieza y si se dispone de un parque, éste debe medir por lo menos de 6 a 7 m de largo. Si el parque es más corto el perro no puede trotar y se habitúa con facilidad a un paso trote. Además podría saltar contra la tela metálica de cada extremo, lo cual no es conveniente para la firmeza tanto de las manos como del lomo.
Evidentemente el temperamento, la valentía, la pre disponibilidad ante la pelea y demás características son hereditarias, pero nosotros somos los que podemos influir en gran medida en el desarrollo de las aptitudes deseables así como en la corrección de las no deseadas.
Para obtener buenos resultados en esta tarea, uno debe conocer bien a su perro y sólo se le llega a conocer bien si se le dedica un mínimo de tiempo a cada uno de los perros. Si no se pone en práctica este principio, las deficiencias de carácter quedarán ya grabadas en él. El tiempo disponible y la edad de los perros determina la cantidad de ellos que se pueda tener al mismo tiempo, pues algunas razas son más sensible que otras y necesitan mayor atención individual. Hay que tener en cuenta que a muchos perros no se los puede tener encerrados como si de una jauría se tratase.
Los perros que no salen habitualmente se ven miedosos o agresivos.
Pueden acabar también con la típica psicosis de jaula que se manifiesta cuando el perro realiza siempre el mismo recorrido o los mismos movimientos.
Al tener un perro encerrado en un chenil, queda muy limitado y se siente prisionero. Hay que ser muy consciente de ello y asumir la responsabilidad que se tiene para con él.
El criador debe ocuparse diariamente de los cachorros levantándolos, pues necesitan el contacto de la mano, y jugando con ellos arrastrándose por el suelo. Además debe ponerlos en contacto con personas extrañas. Únicamente de esta manera existe la garantía de que los cachorros aprendan en la fase del imprinting, durante sus primeras semanas, y no queden dañados para el resto de sus vidas.
Un error muy frecuente es mantener dos o más cachorros demasiado tiempo en un chenil, ya que se vuelven muy dependientes el uno del otro y cuando sean separados no tendrán seguridad en sí mismos.
Resumiendo podemos decir que si el perro en su juventud ha tenido ocasión de conocer a otras personas, animales y lugares, cuantos más mejor, se convertirá en un adulto de carácter equilibrado.